Hay que pensárselo dos veces antes de contradecir el título de esta columna. Basta con imaginar alguno de los países que no hemos visitado y hacernos una breve pregunta: ¿Conozco esos países?. La respuesta inmediata posiblemente sea un “no, jamás he estado ahí”. Pero si nos ponemos a pensarlo, es muy probable que sí tengamos referentes muy claros, no sólo de los lugares en cuestión, sino de las épocas históricas que han pasado, de su gente, de su cultura y sus paisajes: “París tiene a la Torre Eiffel”, “Notre Dame debe verse como una pila de astillas quemadas”, “en China, uno puede caminar por una gran Muralla”, y, si nos concentramos un poco, casi podríamos oler las frutas tropicales de las playas de Brasil. ¿De dónde vienen todos estos referentes? Así es. De los medios de comunicación:
“La noticia es una ventana al mundo, pero la vista desde una ventana, depende de si ésta es grande o pequeña, de si su cristal es claro u opaco, de se da a la calle o a un patio. La escena desarrollada también depende de dónde se sitúa cada uno, lejos o cerca, estirando el cuello o mirando todo recto, con los ojos paralelos al muro donde está la ventana.” (Tuchman en Sádaba: 2008).
Ella propone entonces que el periodismo no debería ser “periodismo” así nomás: tendría que ser un Periodismo Público capaz de “abrir espacios para ciudadanos que en calidad de públicos asuman un más significativo perfil en el espacio público” (Miralles: 2001). Para que esto del “más significativo perfil” se cumpla, mi equipo de secuestradores de diarios y yo creemos que debe ocurrir algo muy simple: la voz de los ciudadanos tiene que estar presente en las noticias. Y tiene que ser una voz importante, además.
Es por esto que nos hemos puesto a leer como locos (cada quien lee como puede) las portadas de varios diarios locales de la ZMG: queremos saber a quiénes pertenecen las primeras planas.
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